Las personas llegan a un punto de su vida donde han recorrido caminos desafiantes, adquiriendo la experiencia de muchos amaneceres; cada arruga representa una historia y lo que más se merecen los seres humanos en esta etapa es respeto, paciencia y una vida digna. Algún día también fueron jóvenes y en su pasado, hay memorias de trabajo arduo y recuerdos sostenidos en el tiempo.
Es imperativo legislar para brindarles calidad de vida y condiciones dignas; sus problemas no se resuelven con una pensión oficial, sus carencias y vulnerabilidad son multidisciplinarias.